jueves, 28 de julio de 2011

Fiesta mozárabe: el contenido hizo honor al continente

La comitiva eclesial
El pasado 24 de julio a las ocho de la tarde Peñalba vivió un acontecimiento insólito: la representación de la solemne entrega por el rey Ramiro II de una cruz votiva al Monasterio de Santiago de Peñalba, como agradecimiento al Apóstol por la victoria de los ejércitos cristianos en la batalla de Simancas (939) frente a las tropas del califa Abderramán III. Tal vez Ramiro II no llegó a ir a Peñalba para hacer esa ofrenda, mas cuentan las crónicas que en el 940 hizo donación de la Cruz, hoy conocida como de Peñalba, al monasterio fundado por San Genadio. Así pues la base de la representación es un hecho histórico relevante que sitúa Peñalba y su monasterio en el centro del mundo cristiano del siglo X.
El abad Electífico bendice con la Cruz
Todo comienza cuando la voz en off de un anciano monje cuenta  a los presentes como pudo haber sido el suceso que se iba a escenificar. Desde la entrada del pueblo se organizaron dos comitivas hasta el atrio de la iglesia, en la primera figuraba al poder eclesial de la época, cuatro obispos arropando al abad del monasterio peñalbés, precedidos de monjes eremitas y seguidos por el pueblo con respetuoso silencio en un ambiente severo, de tenebrosa espiritualidad, resaltado por los cantos mozárabes que envolvían todo el recorrido. Al llegar a la iglesia los cuatro obispos y el abad Electífico se sitúan bajo el doble arco de la puerta de entrada aguardando la llegada de la procesión que presiden los reyes.  Ramiro II y Urraca van precedidos por la Cruz y acompañados por Salomón, obispo de Astorga y pocos años antes abad de Peñalba; el canciller Sisenando y varios dignatarios de la corte leonesa. A una prudente distancia, el pueblo llano sigue a la nobleza con curiosidad y enorme expectación, mientras la música de ambiente se torna más alegre, sin dejar de ser solemne. En el exterior de la iglesia los Reyes y el obispo Salomón se colocan en frente de Electífico, los obispos y otros clérigos, a ambos lados la nobleza y por todas partes, también extramuros, la gente del común, labriegos y artesanos, siervos y menesterosos. Nadie quiso perder detalle de lo que allí estaba sucediendo.

El abad inciensa a los monarcas
En representación del Rey habló Sisenando y recordó la veneración de Ramiro por Genadio y su agrado al visitar aquel monasterio, en el que había encontrado otras veces sabios consejos para resolver algunas de las grandes disyuntivas de su reinado. Un discurso que presenta la cara humana del Rey, que además de batallador era amante de la naturaleza y de las cosas sencillas. A continuación da lectura al documento que recoge la ofrenda de la Cruz y de los beneficios que produzca, en adelante, la iglesia de San Martín, cerca de Astorga, y sus amplias posesiones que serán para las arcas del Monasterio de Santiago. El abad Electífico toma la palabra seguidamente, en su calidad de anfitrión, y agradece a su majestad las dádivas, recordando que no solo de pan vive el hombre, ni los monjes viven solo del rezo. El tono integrista del discurso del jefe de la congregación se sitúa a una calculada distancia de la prudencia del monarca. La dialéctica del temor y de  la condenación está presente en los gestos y en la retórica de Electífico, más atento a pedir que a dar gracias.
Las mujeres, mayoría entre el pueblo llano

 Finalmente el abad inciensa abundantemente a toda la concurrencia, bendice con la Cruz a dignatarios y pueblo, mientras suenan los acordes de la composición “Valle del Silencio” de Javier Vecino, e invita a las altas magistraturas a entrar en la iglesia monacal para orar y rendir honores ante la tumba de Genadio. Y así, al penetrar los principales protagonistas la puerta del templo, termina la representación, se corre el telón del teatro y los actores salen con los músculos de la cara más relajados a recibir el agradecido aplauso del público, de sus vecinos, de los otros actores que dieron vida a este singular evento mil sesenta y nueve años después.
La presidente de la Asociación Vecinal Valle del Silencio, Susana R. Panizo, toma la palabra para hacer sitio a los agradecimientos: al grupo de teatro Conde Gatón por ceder los fastuosos vestuarios de los principales intérpretes; al músico Javier Vecino por componer la banda sonora a la medida de la ocasión; a Lino y a David Gustavo por los textos y el asesoramiento histórico.  Es justo resaltar al elenco principal de la interpretación, a los obispos: Abilio, Gonzalo, José Antonio, Paco de la Cantina, como Dulcidio de Salamanca y David Gustavo como Salomón de Astorga. La pareja real no podía resultar más convincente con Miguel y Oli en los papeles de Ramiro II y Urraca. Memorables en fin los actores con voz:  Ángel como el monje viejo; Isidro como Sisenando y Neira en el difícil papel de Electífico, en el que derrochó sus ya conocidas dotes interpretativas, y sobre todo en su condición de director artístico.
Gente del común hacia la iglesia
Muchos pueblos y ciudades tienen su fiesta o feria medieval, en los últimos años es una moda que se ha extendido buscando la complicidad del turista y sin reparar mucho en el rigor y el fundamento que, en teoría, las justifican. Peñalba pudo hacer más de lo mismo, otra fiesta más, mozárabe eso sí, como corresponde al estilo artístico de su iglesia monumento, pero no fue así, lo del día 24 de julio era otra cosa: el pueblo representando para sí mismo, haciendo teatro a coro, público y actores confundidos, dando vida a un episodio de la historia local relativamente bien documentado. Y no es fácil hacer que unas cien personas hagan, tras un único ensayo previo ese mismo día por la mañana, lo que tienen que hacer para que todo aquello resultase creíble en un marco tan comprometido: el magnífico escenario que ofrece la aldea de Peñalba. Y al final lo que parecía imposible funcionó y el contenido hizo honor al continente.

domingo, 17 de julio de 2011

El festín mozárabe del 24 de julio. Reservas urgentes.

La Asociación Vecinal Valle del Silencio, organizadora de la I Fiesta Mozárabe que tendrá lugar en Peñalba el domingo 24 de julio, comunica urgentemente a todos sus asociados-as que para participar en la cena  es necesario inscribirse como más tardar el próximo martes. El ágape tendrá lugar en Peñalba en la tarde noche del 24 de julio, con motivo de la recreación histórica de la entrega de la Cruz de Peñalba por el Rey Ramiro II al Abad y comunidad de monjes del monasterio de Santiago en el siglo X.
En el festín podrán participar todos los socios y sus invitados, previo pago de 5 euros por comensal, a los que se les entregará un tiket en el momento de efectuar el pago, debiendo hacer las reservas antes de las 22 horas del martes día 19 de julio, de cualquiera de las siguientes formas:
Llamando por teléfono a La Cantina (987695370) o a Susana, presidenta de la Asociación (686114659)
Poniendo un correo electrónico a cualquiera de estas cuentas:  asovecivalsilen@gmail.com ; turpesa@eresmas.com ;  susanapanizo@hotmail.com

viernes, 8 de julio de 2011

Más patrones, la cosa mozárabe que no para!


1.- Casaca, mozárabe, por supuesto
Los diseñadores y diseñadoras del vestuario para la I Fiesta Mozárabe de Peñalba han sido seleccionados entre lo más granado de la Alta costura medievalista. En este blog vamos avanzando las propuestas que nos envían los creadores-as, para que luego cada uno haga de su capa un sayo, en el sentido literal de la expresión, ojo, que no se trata de que cada uno haga lo que le venga en gana.
Aqui teneis lo último: dos patrones para trajes masculinos. La primera es como una casaca y la segunda una capelina, compuesta por dos partes iguales que se unirían por la línea de puntos.
Los que sabeis de esto no tendreis problema en interpretarlo, los que, como yo mismo, no teneis ni idea pues preguntad lo que querais poniendo un comentario a continuación, que ya lo transmitiremos a los modistos-as autores de los patrones.
Y que os quede bonito, que ya sabeis que el traje no hace al monje, pero ayuda.


2.- Capelina, por si  refresca