Foto: Roberto Hernández |
La Asociación de Vecinos "Valle del Silencio" de Peñalba de Santiago alertó ayer sobre los problemas de humedades que arrastra la iglesia mozárabe de la localidad e instó a la Junta de Castilla y León, titular de las competencias de Patrimonio, a acometer los trabajos de drenaje de las aguas pluviales pendientes desde hace casi veinte años. «Son unas obras que estaban previstas desde 1995 y aquí seguimos», se quejó el portavoz vecinal, José Manuel Neira.
La Asociación de Vecinos insistió en que la iglesia necesita una zanja perimetral que evacue las aguas pluviales que caen desde el tejado —el monumento no dispone de canalones, que alterarían su arquitectura original— y evite las filtraciones desde el suelo hacia las paredes del templo. Neira aseguró que las pinturas mozárabes del interior no se han visto afectadas, pero podrían sufrir el efecto de la humedad si no se hace nada. «La iglesia no se va a caer. Ha durado mil años y puede durar otros mil. Pero tenemos que defender lo nuestro», afirmó el portavoz vecinal.
Neira reconoció que técnicos de Patrimonio han realizado un estudio de humedades este otoño, con la iglesia rodeada de andamios para reponer algunas tejas de la cubierta, pero insistió en que el principal problema del templo son las filtraciones y considera que las obras de drenaje, que impermeabilizan la cimentación del edificio del siglo X no pueden esperar más tiempo.
El portavoz vecinal advirtió que el templo sufre humedades en las paredes del interior de la bóveda, debido a la «capilaridad» de los muros, o lo que es lo mismo, la filtración de agua de lluvia que se acumula en el terreno. También sería necesaria una intervención a fondo en la cubierta.
Foto: La Masera de Peñalba |