Un año más, el pasado 9 de noviembre, la Asociación "Valle del Silencio" volvió a organizar su tradicional Magosto y, un año más, fue todo un éxito. En total, más cien personas decidieron pasar el fin de semana con nosotros a pesar de la gran "oferta" de Magostos que hubo el sábado en todo El Bierzo.
La tarde empezó con los preparativos habituales (pelar las patatas, mover los bancos y las mesas, asar las castañas...). Como siempre, el trabajo en equipo ayudó a tenerlo todo listo hacia las nueve de la noche, incluido el famoso "karpatazo", que pretendía cubrirnos de una lluvia que nunca llegó. Aún así, su montaje no fue en vano: mayores, no tan mayores y frioleros, se resguardaron del frío y del viento mientras no dejaban de pasar bandejas llenas de condumio. Amén de los tradicionales chorizos con patatas, no faltaron los boquerones de Gonzalo, la empanada gallega de Eva y Carlos, la panceta a cargo de Teo, el bizcocho de nueces de Andrés y, como no...¡las castañas! También este año constituyó todo un logro llegar con un pequeño hueco en el estómago hasta el final. Y, una vez más, las castañas fueron la excusa perfecta para comer y beber en abundancia mientras las risas y las conversaciones llenaban la noche peñalbesa.
Se prometieron sorpresas y hubo sorpresas. La elaboración de un ponche de receta secreta gustó tanto que algunos ya pidieron seguir sirviéndolo en Magostos posteriores y añadirlo a la lista de tradiciones junto a la queimada, hecha por José Manuel y debidamente acompañada de "O Conxuro".
El broche de oro lo puso "la orquesta de Paco", compañeros y amigos que subieron al pueblo pertrechados de instrumentos para hacernos cantar a todos en La Cantina, completamente abarrotada. La fiesta, cómo no, se alargó hasta la madrugada.
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